EVANGELIO DE HOY LUNES 4 DE NOVIEMBRE


EVANGELIO DE HOY 

LUNES 4 DE NOVIEMBRE 

Lectura         Rom 11, 29-36


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: Los dones y el llamado de Dios son irrevocables. En efecto, ustedes antes desobedecieron a Dios, pero ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia. De la misma manera, ahora que ustedes han alcanzado misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios. Pero esto es para que ahora ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Qué profunda y llena de riqueza es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus designios y qué incomprensi­bles sus caminos! “¿Quién penetró en el pensamiento del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le dio algo, para que tenga dere­cho a ser retribuido?”. Porque todo viene de él, ha sido hecho por él, y es para él. ¡A él sea la gloria eternamente! Amén.
Palabra de Dios.

Comentario

En una compleja reflexión, san Pablo quiere decirnos que nadie queda fuera de la misericordia de Dios porque todos somos pecadores y, por lo tanto, necesitados del perdón. Con esta convicción, nos unimos a toda la humanidad para agradecer el amor de Dios hacia todos.

Salmo Sal 68, 30-31. 33-34. 36-37


R. ¡Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor!

Yo soy un pobre desdichado, Dios mío, que tu ayuda me proteja: así alabaré con cantos el Nombre de Dios, y proclamaré su grandeza dando gracias. R.
Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos. R.
Porque el Señor salvará a Sión y volverá a edificar las ciudades de Judá: el linaje de sus servidores la tendrá como herencia, y los que aman su Nombre morarán en ella. R.

Aleluya          Jn 8, 31-32

Aleluya. “Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos y conocerán la verdad”, dice el Señor. Aleluya.

Evangelio      Lc 14, 1. 12-14


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los princi­pales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Jesús dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así ten­drás tu recompensa en la resurrección de los justos!”.
Palabra del Señor.

Comentario

Todo es gracia de Dios. Y todo lo que damos, lo que hacemos y generamos también debe darse sin buscar nada a cambio. En tiempos en que se vive “devolviendo favores”, los discípulos de Jesús sabemos que estamos liberados de esos compromisos mundanos y abrimos generosamente nuestro corazón especialmente a los que no pueden devolvernos nada.