EVANGELIO DE HOY, SÁBADO 19 DE OCTUBRE


EVANGELIO DE HOY 

SÁBADO 19 DE OCTUBRE

Lectura         Rom 4, 13. 16-18


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: La promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que procede de la fe. Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común como dice la Escritura: “Te he constituido padre de muchas naciones”. Abraham es nuestro padre a los ojos de Aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen. Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: “Así será tu descendencia”.
Palabra de Dios.

Comentario

Hoy, al leer este texto, sería muy lindo que nos detengamos en dos aspectos para meditar en silencio en nuestro interior. En primer lugar, fuimos llamados a la vida por puro amor de Dios, y en segundo lugar, recibimos una vida nueva al morir al pecado. Un regalo sobre otro y, por lo tanto, una responsabilidad enorme de poner en obra lo recibido.

Salmo Sal 104, 6-9. 42-43


R. ¡El Señor se acuerda de su Alianza!

Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos. R.
Él se acuerda eternamente de su Alianza, de la palabra que dio por mil generaciones, del pacto que selló con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.
Él se acordó de la palabra sagrada, que había dado a Abraham, su servidor, e hizo salir a su pueblo con alegría, a sus elegidos, entre cantos de triunfo. R.

Aleluya          Jn 15, 26. 27

Aleluya. “El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí, y ustedes también serán mis testigos”, dice el Señor. Aleluya.

Evangelio      Lc 12, 8-12


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres no será reconocido ante los ángeles de Dios. Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre se le per­donará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir.
Palabra del Señor.

Comentario

“No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios mediante el arrepentimiento, rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1864).