PRIMERA PALABRA DE JESUS EN LA CRUZ





“PADRE PERDONALOS PORQUE NO SE SABEN LO QUE HACEN”
El momento especifico que Jesús exclama estas palabras, son los momentos en el que esta haciendo clavado en la cuz, por los soldados romanos, momentos que lo habían despojado de sus prendas.
Hermanos:
Esos sonidos, son los sonidos de la traición del engaño, de la indiferencia, de la mentira, de la calumnia, imagen de Cristo hablándonos de perdón, un perdón exclamativo, desde lo mas profundo de su ser…
Todo esto la ignorancia que cometieron los soldados y los que hicieron posible que el llegara a estar en la cruz.
Esto seria una ignorancia voluntaria, sabiendo quien era, cometieron tan horrendo crimen.
Pero ese grito de perdón, también estaba dirigido, para quien el amó, sus discípulos, Pedro, la cal lo negó tres veces, dolor que le debió haber causado esto en ese momento, un desconocer al ser que amo, que sirvió, el que te consoló. Todo esto, es un sonido de clavos que Jesús lo experimento sabiendo que vivió con él, caminó paso a paso como un niño que creció con su padre, cobardía ¡! que no llevó a comprarse el pleito y hablar solo de lo que le convenía; ¡Que amigo tuvo Jesús!
Y también Judas que solo le importo su interés personal, segándose los ojos del alma por treinta monedas, por el cual vendió la libertad y la vida de su maestro, del amigo que lo hijo conocer el amor primero, llevándolo a hacer condenado a muerte, para que después puedan hacer leña del madero.
Realidad que se vive hasta hoy, cuando entregamos a un inocente con un beso, de la influencia, de la mentira, y del maldito dinero, matándolo en vida.
Hermanos;
¿De verdad seria que ellos no sabían lo que hacían? ¡¡¡Claro que no!!!
Que también nosotros sabemos   lo que hacemos, lo ponemos una nueva etiqueta, para que suene bonito, para seguir cometiéndolo, a pesar que sabemos que es un martillazo de dolor que damos a Cristo, mas aun, si pusimos como Pilatos no la vedad, sino el interés de muchos para condenar y matar a Jesús; realidad que se vive hasta hoy cuando condenamos aun inocente injustamente.
Pero, aun así, en ese cuadro de dolor inmenso, Jesús quiere seguirse dando, quiere seguir enseñando a los que estuvieron con él, a perdonar, a amar…. ¡¡¡No a disculpar!!! Sino a amar en el perdón, el cual tiene precio, el sufrimiento, dolor, la muerte, porque el que no ama no perdona.
Ese perdón no solo fue para aquellos que lo crucificaron, sino para nosotros quienes nacimos con el martillo en la mano porque en nuestra vida habrá un momento que le vamos a entregar, negar y crucificar.
Lo que no debemos olvidar es que el perdón de Dios es inmerecido, que se realiza en el acto, si prorrogas como el padre misericordioso, que va al encuentro del hijo perdido, porque su amor es dejar al ciento por uno, que ilógico es esto para el mundo.
Perdón, palabra de seis letras que en nuestra vida no alcanza con muchos abecedarios, pero si con una gota de amor.
Hermanos que hoy, no sea un día más, vayamos a perdonar para vivir en libertad.
María, Madre Santísima enséñanos a perdonar y pedir perdón. Amen.