M. Escuchemos los consejos del sabio Sirac que nos dice no precipitarse en el juicio de los demás hasta observar bien su razonamiento.
Lectura del libro de Eclesiástico 27, 4-7
Cuando se zarandea la criba, quedan los residuos: así los desechos de un hombre aparecen en sus palabras. El horno pone a prueba los vasos del alfarero, y la prueba del hombre está en su conversación. El árbol bien cultivado se manifiesta en sus frutos; así la palabra expresa la índole de cada uno. No elogies a nadie antes de oírlo razonar, porque allí es donde se prueban los hombres.
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor
SALMO RESPONSORIAL 91,2-3.13-16
R. Es bueno darte gracias, Señor.
Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche. R.
El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano:
trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios. R.
En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso,
para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad.R.
SEGUNDA LECTURA
M. El Apóstol concluye su exposición dedicada a la resurrección de los muertos con un Himno a la victoria de Cristo sobre la muerte; la recomendación final es la confianza y el trabajo sin reserva en la obra del Señor.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15,51.54-58
Hermanos: Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados. Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: «La muerte ha sido
vencida». ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón? Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la Ley. ¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo! Por eso, queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor, con la certidumbre de que los esfuerzos que realizan por Él no serán vanos.
Palabra de Dios. / Te alabamos, Señor
M. Jesús nos enseña a juzgar al prójimo por sus obras. Critica, también, la presunción y la hipocresía
de quienes se ponen como modelos de conducta y no descubren antes sus propios defectos.
Aleluia.
Ustedes brillan como rayos de luz en el mundo, mostrando la Palabra de Vida.
Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo segúnsan Lucas 6, 39-45
Jesús hizo esta comparación: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo», tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Palabra del Señor. / Gloria a Ti, Señor, Jesús.
REFLEXION
Se dice que la mayor o menor capacidad de autocrítica es signo de mayor o menor madurez y salud mental. Al respecto ¿qué luz arroja la Palabra de Dios sobre nuestras vidas?
Primera lectura: Eclesiástico 27,4-7
El autor sagrado, Jesús, hijo de Sirac, compuso esta obra en hebreo (Eclo 50,30) y traducido al griego por su nieto. Es la obra de un sabio inspirado por Dios que reflexiona a partir de la Escritura, de la historia de Israel, y elabora un conjunto de enseñanzas mediante comparaciones tomadas de la vida diaria. Hoy nos regala un manojo de enseñanzas para no equivocar a la hora de valorar a las personas.
Segunda lectura: 1Corintios 15,51.54-58
San Pablo finaliza este capítulo 15 de su carta, dedicado al tema de la resurrección y a los problemas que suscitaba en la comunidad de Corinto, con una especie de himno de la victoria definitiva de la vida sobre la muerte que Jesucristo ha alcanzado. Cuando “lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que es mortal se revista de la inmortalidad”, entonces se habrá cumplido el objetivo final de Dios expresado en la Escritura, que es la liquidación del poder del pecado y de la muerte. Este convencimiento de victoria y de vida plena en Jesucristo nos empuja a "trabajar siempre con tesón en la obra de Jesucristo."
Evangelio: Lucas 6,39-45
En este texto se distinguen tres enseñanzas tomadas de la realidad: Primera: uno no debe creerse sabio ni pretender dirigir a los demás. El discípulo siempre debe estar en actitud de aprendizaje, intentando llegar a ser como Jesús, su Maestro. Segunda: no pretender corregir a los demás sin haber mirado antes si nosotros tenemos algo por corregir. El texto exagera este mensaje para no
olvidarlo: “¡Una viga en el ojo!”. Es pura hipocresía, la pretensión de arreglar la vida de los demás cuando uno tiene tantas cosas por arreglar en la suya. Tercera: una enseñanza sobre la manera de actuar y las actitudes de fondo, que se puede leer desde dos posiciones:
a) Son los hechos, el modo de hablar y de actuar, los frutos, lo que muestra quién es y cómo es cada persona: “Cada árbol se conoce por su fruto”;
b) Saber qué llevamos dentro, qué criterios y qué actitudes de fondo nos mueven a actuar. Porque si lo que llevamos dentro es “tesoro de bondad”, lo que aflorará serán frutos de bondad, mientras si llevamos “la maldad”, los frutos serán de maldad. Nuevamente nos hallamos con este elemento clave de la manera cómo Jesús entiende la actuación de sus seguidores y la suya propia: “De la abundancia del corazón habla la boca.”
a) Son los hechos, el modo de hablar y de actuar, los frutos, lo que muestra quién es y cómo es cada persona: “Cada árbol se conoce por su fruto”;
b) Saber qué llevamos dentro, qué criterios y qué actitudes de fondo nos mueven a actuar. Porque si lo que llevamos dentro es “tesoro de bondad”, lo que aflorará serán frutos de bondad, mientras si llevamos “la maldad”, los frutos serán de maldad. Nuevamente nos hallamos con este elemento clave de la manera cómo Jesús entiende la actuación de sus seguidores y la suya propia: “De la abundancia del corazón habla la boca.”